Artículo original publicado por primera vez en NetSuite. Autora Megan O’Brien | Business & Finance Editor.
En las primeras etapas de una empresa, es habitual toparse con una misión vaga o ambigua. Una plétora de ideas, iniciativas y proyectos puede arrastrar a una empresa floreciente en muchas direcciones diferentes, lo que da lugar a una visión enrevesada. Incluso con las mejores intenciones, una empresa sin una dirección definida sobrecargará su plantilla y sus recursos.
Por esta razón, es imperativo que las empresas emergentes se aseguren de que todos los elementos de un negocio están dispuestos de tal manera que apoyen mejor el cumplimiento de su misión a largo plazo, claramente definida. Mediante el uso del modelo de alineación empresarial, los líderes pueden organizar una empresa de forma que el trabajo, la estructura y los recursos se sincronicen de forma óptima con el propósito designado de la empresa.
Numerosas startups han visto las consecuencias de la falta de claridad en su misión. Cuando el objetivo de una empresa no está claro, demasiada pasión, demasiadas visiones del negocio y demasiadas expectativas pueden sobrepasarla y conducirla al fracaso. Ya lo dice el refranero español, “Quien mucho abarca, poco aprieta”
Kiko, una aplicación de calendario que ofrece integraciones API con otras herramientas, es uno de esos ejemplos. La aplicación, fácil de usar, era especialmente útil para profesionales y organizadores de eventos. Sin embargo, fracasó al cabo de tres años. La razón del fracaso, según uno de los fundadores, fue que el equipo quería trabajar en varias ideas y planes al mismo tiempo, desviando su atención de su visión principal. El Director General admitió que el equipo perdía el tiempo en proyectos innecesarios.
Los problemas creados por un propósito empresarial poco claro o no aplicado no se limitan a las startups. Según un estudio del MIT Sloan Management Review, sólo el 28% de los ejecutivos y mandos intermedios responsables de ejecutar la estrategia eran capaces de enumerar las prioridades estratégicas de su empresa, porcentaje que disminuía a medida que se descendía en la jerarquía. Sin esa claridad, es probable que una empresa vaya en muchas direcciones diferentes, la mayoría de ellas alejadas de lo que debería ser su objetivo.
LG es ejemplo de gran empresa perjudicada por la falta de foco. En 2021, LG optó por cerrar su negocio mundial de telefonía móvil tras más de una década de pérdidas multimillonarias. El gigante electrónico surcoreano alegó la necesidad de concentrar recursos en sus áreas de crecimiento. Los expertos de los medios de comunicación y el producto no estuvieron de acuerdo, acusando a la empresa de falta de visión y de cómo los teléfonos móviles encajaban en el objetivo más amplio de la empresa que causó el fracaso.
En conclusión, cuando diluyes tu negocio y pierdes el foco en el valor que proporciona a los clientes, pierdes la oportunidad de resonar con tu público objetivo. Aquí es donde entra en juego el modelo de alineamiento empresarial. El BAM puede ser una valiosa herramienta para asegurar que la empresa está dirigiendo sus recursos de una manera que llevará el negocio a su máximo potencial.
BAM se refiere al método que ayuda a las organizaciones a ordenar todos los elementos de un negocio -incluida la estrategia de mercado y la forma en que se organiza la propia empresa- para apoyar mejor su propósito a largo plazo. En una organización estratégicamente alineada, todos los departamentos, proyectos, decisiones y funciones contribuyen al cumplimiento de la misión, visión y objetivos de la organización.
El BAM sirve para garantizar que se cumplen cuatro criterios:
Los consumidores están acostumbrados a los servicios premium ofrecidos por empresas como Amazon, como una pasarela depagos sencilla e intuitiva, seguimiento de sus envíos, servidos en tiempo récord, y una experiencia de compra verdaderamente personalizada.
El alineamiento estratégico a través del BAM es importante para el éxito de una nueva empresa por varias razones. Garantiza que todas las personas que forman parte de la organización, o que se incorporan a ella, están en sintonía y trabajan en pos de los mismos objetivos empresariales, lo que mejora la colaboración entre departamentos.
Especialmente en épocas en las que el talento y los presupuestos pueden ser ajustados, el BAM garantiza que los recursos se alinean de forma óptima con las tareas que son realmente esenciales para ejecutar la visión de la empresa.
Por último, el énfasis del BAM en las métricas ayuda a generar informes precisos. En una organización alineada estratégicamente, los empleados evalúan su progreso con los objetivos definidos e informan periódicamente de sus esfuerzos. Estos datos pueden ayudar a las empresas a tomar decisiones informadas sobre sus prácticas y a realizar los cambios necesarios.
El BAM se construye mediante la creación de un diagrama de flujo del plan de negocio que comienza siendo amplio y va cayendo en cascada en componentes más granulares.
– En primer lugar, se define el objetivo de la empresa. Se trata de la misión y la visión generales de la empresa, que establece el equipo directivo.
– En segundo lugar, se determinan los objetivos estratégicos. Son las estrategias que servirán de camino para hacer realidad la visión y la misión de la empresa.
– Tercero, esbozo de las iniciativas generales. Son los pasos para llevar a cabo las estrategias y las fijan la dirección y los jefes de equipo.
– Cuarto, creación de tácticas y proyectos individuales que ayuden a cumplir las iniciativas generales. También las fijan la dirección y los jefes de equipo.
A modo de ejemplo, creemos un BAM para una nueva empresa de bicicletas de montaña con un establecimiento físico y una incipiente iniciativa de comercio electrónico.
Conclusión
Las conexiones entre la visión, la estrategia, las iniciativas y los proyectos son esenciales para el rendimiento sostenido de una organización. Lograr la alineación estratégica, en la que todos estos componentes se refuerzan mutuamente, da a una empresa emergente una gran ventaja porque tiene una idea más clara de lo que debe hacer en cada momento.
El resultado es una empresa que puede mantenerse centrada y convertir sus ideas en estrategias viables que apoyen la visión global de la empresa y guíen la planificación a todos los niveles de la organización.
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